La Trifamily y los impresionistas

21 Feb

Hace ya unas cuantas semanas, y gracias a la inestimable colaboración del Capitán SinSueño, la trifamily amaneció un sábado más con los primeros rayos de sol. Esta vez se nos dio bien y a eso de las 11 estábamos todos vestidos, aseados y listos para salir por la puerta.

Los tripadres debatimos el plan a seguir dado que llovía a cántaros y en un momento de enajenación mental transitoria, nos pareció una gran idea ir con toda la prole a ver la exposición de «Gauguin y el Viaje a lo Exótico» en el museo Thyssen.

thyssen5

En la era a.C. (antes de los Churumbeles), gustábamos de ir a este tipo de eventos con cierta frecuencia, y como ya se sabe que el que tuvo, retuvo, pues nos pareció un planazo, empanados como estábamos por las pocas horas de sueño que llevábamos en el cuerpo.

Así que a eso de las doce estábamos dejando el coche en el parking. Cuando salimos al exterior empezó nuestro particular «Viaje a lo exótico». Como he dicho, llovía, así que tras poner el plástico al carro, poner capuchas, repartir paraguas y abrir paraguas sin sacar el ojo a nadie, emprendimos nuestro camino hacia el museo saltando charcos y esquivando guiris.

Al doblar la esquina del Paseo del Prado ya vislumbramos que la cosa no pintaba bien. La entrada estaba colapsada por ordas de japoneses, pero aún así no perdimos la fe y nos dirigimos a la taquilla. Allí nos esperaba una cola más larga que un día sin pan y un gran cartel luminoso anunciando que el próximo pase para la exposición de Gauguin era a las 16:45. Caras de póquer, intercambio de miradas de terror… hasta nos pareció escuchar al propio Barón Thyssen desde el inframundo diciendo:»¡¡¿¿A QUIÉN SE LO OCURRE??!!». Tienes razón Heinrich, mea culpa.

En éstas nos hallábamos, a tomar viento de nuestra casa, con dos menores de 3 y 5 años y un lactante, a los que habíamos jurado y perjurado que ver cuadros era mucho más guay que los Cantajuegos en directo. Algo había que hacer.

De pronto lo vimos: «Exposición gratuita» en el segundo piso, y allá que nos fuimos.

Como íbamos con carro, le preguntamos a una vigilante cómo subir. Aquí comenzó la odisea en el museo. La vigilante número 1 sacó su walkie talkie y nos dijo con un halo misterioso: «Síganme». Nos llevó hasta un ascensor y allí se comunicó con el vigilante número 2: «Te mando familia con carro». Al salir nos esperaba el número 2, que informó a la número 1 de nuestra llegada: «Los tengo». A su vez se comunicó con el Vigilante número 3 para que nos recogiera en la puerta de la sala de la exposición permanente y nos condujera hasta nuestro destino.

Como os habréis imaginado, el motivo de tanta escolta no es que nos confundieran con Borja el hijo de Tita y su familia, no señor. Más bien que no nos coláramos y viéramos de gorra alguna de las exposiciones de pago del museo. Que digo yo que como para colarse con dos niños, un carro y 3 paraguas. Desapercibidos no pasábamos precisamente.

en nada. Thanks God...

Podría entender la equivocación ya que Trimadre y Blanca Cuesta compartimos talla y hechuras. Tripadre y Borja en cambio no se parecen en nada. Thanks God

El vigilante número 3 nos dirigió a través de una de las salas que no sabría decir que contenía ya que miedito me daba levantar la vista no fuera a ser que me dieran una colleja. Por fin, abrieron una puerta misteriosa y accedimos a la exposición gratuita.

Gran decepción. Una sala como el salón de mi casa con 6 u 8 cuadros máximo que imagino que la Baronesa llevó allí un día después de hacer limpia en su casa. Porque esto es así amigos, unas hacemos limpia de bodies sin corchetes y pijamas con bolitas, y otras hacen limpia de obras de arte.

Dimos cuatro vueltas, contándoles al Mayor y a La Rubia todo lo que se nos ocurría, pero por mucho que lo intentamos no dio para más. Era hora de emprender el camino de vuelta. Esta vez nos abstuvimos de informar al vigilante y ser el centro de todas las miradas, así que Tripadre sacó al macho alfa que lleva dentro y bajó el carro de mini-wini él solito dos pisos, mientras yo vigilaba que los otros no se esmorraran escaleras abajo. (Nota de la autora: las botas de agua patinan en los suelos marmoláceos de los museos).

Recogimos nuestro orgullo herido y nos fuimos para casa. A los niños ni les preguntamos qué les había parecido por miedo a la respuesta, así que les dimos una bolsa de gusanitos y aquí no ha pasado nada.

Como de todo se aprende en esta vida, estas son las lecciones que hemos sacado de nuestra infructuosa visita cultural:

  1. El museo Thyssen tiene venta anticipada de entradas por internet
  2. También hacen descuento a las familias numerosas
  3. Unos padres responsables tienen que pensárselo 2 veces y no dejarse llevar por la emoción ante lo que de primeras puede parecer el plan del año.

Somos de ideas fijas, así que ya hemos fichado la nueva exposición «Impresionismo y Aire Libre». Tenemos hasta el 12 de mayo para que vuelvan a alinearse los planetas. Deseadnos suerte.

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10 respuestas to “La Trifamily y los impresionistas”

  1. Cris febrero 21, 2013 a 3:18 pm #

    Jajaja q divertido Ana! Me encanta este con diferencia! Y me encantan las conclusiones!!
    Besitos! Miss you!

  2. Tere Carreras febrero 21, 2013 a 7:06 pm #

    Que genial Ana!!! Tienes razón, el «saber» no ocupa lugar, pero conseguirlo es de duro…!!!

  3. Teresa febrero 21, 2013 a 8:16 pm #

    Ja ja ja! Qué bien lo he pasado Ana! Te estas superando cada día!!

  4. Mariví febrero 21, 2013 a 9:28 pm #

    Genial Ana!!! Qué divertido!!! Cuadros no veríais, pero aventuras todas. Bss

  5. Rebeca febrero 22, 2013 a 2:29 pm #

    Jajaja,no siempre los planes salen bien … Muy bueno

  6. migremlinnomecome febrero 26, 2013 a 2:30 pm #

    Ayyy, eso te pasa por no haber visitado mi sección «Saturday Morning Plan» jajaja. Tengo alguna entrada sobre el Thyssen y como visitarlo con niños. Lo de las entradas por internet es fundamental. Si te organizas bien es un planazo, y además tienen una sala de lactancia/cambiador en el sótano bastante maja. Este pasado domingo hemos estado con los niños viendo a los impresionistas, merece mucho la pena. Y además la pequeña se la durmió, así que mejor imposible 😛

    • trimadre febrero 27, 2013 a 12:28 am #

      Que ilusión tu comentario!! la verdad es que la entrada del Thyssen no la he leído pero me habría venido genial! Es nuestro propósito de año nuevo ver a los impresionistas. Lo conseguiremos!

  7. Amerikina marzo 7, 2013 a 10:35 am #

    Jajaja! De todo se aprende en esta vida! Qué animados que sois, de todas formas. Pedazo equipo! 😉

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