Mis niños sos tres soles. Son monísimos, simpáticos, les encanta jugar, echar carreras por el pasillo y bailar encima del sofá. Pero… son de mala calidad. No puedo dejar que me ciegue el amor maternal. Es un hecho. La herencia genética que les hemos transmitido es de lo peorcito del genoma. A pesar del amor que pusimos al encargarlos, unos cuantos genes chungos responsables del sistema inmunitario se colaron en su ADN sin remedio. En esta afirmación me avalan 358 informes de urgencias, los tres ingresos del mayor, los dos de la de en medio y uno del mini-wini de reciente adquisición con apenas 2 meses.
Podría decir que estos más de 5 años de experiencias médicas me han curtido, que he hecho callo y que vadeo estos reveses de la salud infantil de mis churumbeles con coraje y entereza. Pero desgraciadamente no es así.
Lo que sí me han dado es un bagaje de conocimentos pediatriles, que bien podría presentarme al MIR. Claro que teniendo en cuenta como está la Sanidad, casi que voy a desechar esta idea. Soy experta en virus, bacterias y demás bichos inmundos que gustan de acampar en las mucosas de los más pequeños. Por poneros algún ejemplo, sé que un exantema súbito es una infección vírica que da mucha fiebre y cuando ésta desaparece salen unos granitos por el cuerpo y eso significa que el niño se está curando. También sé que en una laringitis aguda con tu hijo tosiendo como un camionero, lo mejor que puedes hacer es sacarle a la ventana o ponerle delante del congelador (con la puerta abierta por si a alguna le entra la duda). Sé que lo más peligroso de las convulsiones febriles son los trayectos de los papás en coche hasta el hospital conduciendo como locos, ya que la convulsión en sí misma, a parte de casi matar del susto a los progenitores, no tiene ninguna consecuencia para el niño. La escarlatina pone la lengua como una fresa, la dermatitis empeora cuando empieza el frío y es mejor esperar tres días desde que empiezan con la fiebre antes de llevarles al pediatra porque seguramente será algo vírico.
Toda esta sabiduría acumulada ha hecho que intente minimizar las visitas al centro de salud, salvo que sea indispensable una receta médica para la restauración completa del churumbel afectado. Esto no quita que las dos últimas doctoras que he tenido estos años tengan mi número de móvil y me pregunten con interés sobre las últimas vacaciones familiares. Como veis no exagero.
Para no abusar de nuestro sistema sanitario, al primer avistamiento de mocos, tripadre y yo ponemos en marcha un dispositivo digno de «Estallido». Tras el baño, sometemos a los portadores de velas a los sprays nasales, seguidos del sacamocos, artilugio que merecería un post enterito y que a estas alturas es para mis hijos uno más de la familia. Después preparamos la habitación enchufando el humidificador, que además del vapor, proyecta una luz azulada hacia el techo dotando a la estancia de una atmósfera muy zen. A continuación colocamos parches mentolados en sendos pijamas que inundan la estancia de un olorcillo a bosque de eucapilptos de lo más refrescante. Por último, se coloca a los niños en la famosa posición semi-incorporada, recomendación incluida en todo informe de urgencias que se precie, ayudándonos de unos mullidos cojines.
El ambientazo que ahí se respira es tal, que ganas nos dan de pasar ahí la noche a los tripadres. Pero, ¿es esto garantía de éxito?. En absoluto. Si algo sé, es que si la meta de un moco es alcanzar los bronquiolos, nada le detendrá en su objetivo.
Si se da esta circunstancia, hay que pasar a la Fase B, de broncoespasmo. Pero ni por esas los tripadres nos amilanamos. Con un ventolín en mano y la dosis de corticoides apuntada en el móvil manejamos la crisis muy dignamente cual residentes de cuarto año.
Pero como os decía al principio, no es oro todo lo que reluce… Cuando te dicen que tu pequeñajo de dos meses tiene que quedarse a pernoctar en el hospital no te hace ni pizca de gracia. Por mucho que éste sea tu segunda casa, las enfermeras te saluden y te pongan la alfombra roja al pasar la tarjeta del INSS. Dos lagrimones inoportunos se asoman a tus ojillos, las canillas te tiemblan ligeramente y el pulso desciende a los mismos niveles que Lance Armstrong dopado. Pero en este punto una tiene que plantarse. Las lágrimas se reabsorben a grito de «¡quietas, parás!, ¡volved por donde habéis venido!». La trimadre se rehace a sí misma en un periquete porque no puede venirse abajo. Auque sólo sea por esas monomadres que la acompañan en este micromundo que es una sala de urgencias y que sí que están cagadas del todo. Así que una vez recompuesta, te dispones a adquirir nuevos conocimientos, véase, hemocultivo, test de Combur… Ea. Que el saber no ocupa lugar.
Y en el fondo fondo, sabes que lo tuyo no es nada y que tienes que dar gracias porque al fin y al cabo, tus niños están mejor que bien la mayoría de las veces. Así que la vida no se detiene para la trifamily a pesar de que los virus lo intenten una y otra vez de septiembre a junio. Nosotros nos hacemos los tontos y seguimos como si nada, aunque eso sí, no dejamos nada al azar, que somos profesionales.
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Muy bonito. Risas y lágrimas a partes iguales. Besos a los 5.
Gracias amiga! Tu es q estás un poco sensible con las hormonas… 😉
vaya!!! toda una redactora en la familia… os queda nada para que no estén tan pachuchos tan seguido! y si no traédmelos al campo!!
No me lo digas dos veces q te los empaqueto a los tres! Y a comer naranjas!
Que razón tienes. Menos mal que al final merece la pena tanto sacrificio.
Claro que si!! Y al final todo pasa… Besos guapa
A mi en el hospital despues de la segunda convulsion febril me llamaron mala madre por no haber llevado a mi hijo al centro ese dia por tener fiebre y a un despues de la convulsion el pediatra me dijo que lo que tenia era virico, jodete y baila, a veces no sabes como actuar, porque ellos son los especialistas y tu una mala madre que no atiende a sus hijos. Espero que nunca te digan lo mismo que a mi.
Eso es verdad, al final hay q hacerles caso! Gracias x pasarte x aquí!
Pero bueno!!! Me parto…muy bueno, no dejo de sorprenderme contigo!! Estoy deseando leer el siguente. 😉
Pues si q tengo mérito después de tantos años sorprenderte… 😉
Jeje, me suena mucho. la mía se pasó los tres primeros meses de guardería malita, y ya hemos quitado la enciclopedia de arte del salón y está debajo de su cuna para ponerla debajo de las patas de la cuna cuando haya que incorporarla. LLeva dos meses sin ponerse mala y cruzo los dedos, aunque sé que cuando me coja unos días libres en el trabajo, se pondrá mala.
(¡Ah!, Lance Armostrong dopado es una redundancia, jeje).
Q buena idea lo de la enciclopedia! Nosotros somos más de poner toallas debajo del colchón así q tomo nota 😉
Muchos, muchos besos Ana.
Ah! y tus hijos de mala calidad… Rian de rian, nada de nada, Res de res y demás… Me temo que la calidad es un baremo en el que influyen muchos factores y la salud sólo es uno,. Seguro que con alguno de los otros factores compensan con creces esa “nota baja”. Por decir uno, se me ocurre el cariño y la dedicación dada por los padres, que a futuro influye, mucho, muchísimo en la calidad humana de cualquier individuo 🙂 Además, que son unos soles leñe!!!
No seré yo quien te lleve la contraria! Sí q son unos soletes, sí… Besos!
Me has convencido Ana, nos lanzamos a por el tercero!
Jajaja Sonia he cumplido mi objetivo!
¡¡¡Me encanta!!! De genes defectuosos nada, que se de uno que aprendió a leer el 1º de su clase y con mucha ventaja, y de otra que con su pequeño cuerpecito maneja el cotarro y no se amilana con niñas que le sacan una cabeza. Veremos que nos depara el chiquitín. Un besazo a la trifamilia
Si, de carácter van sobrados, jajaja. Besos guapa
Qué artista, Ana, además de trimadre eres la leche!!!! Qué bien escribes!!! UN BESO GRANDE Y MUCHO ÁNIMO!!!!
Gracias guapa! Tu q me miras con buenos ojos!
Verdadero Ana. Cómo escribes y cómo nos sabes sacar una sonrisa siempre, aunque a veces sea compartiendo miserias. Chapó!
De aquí a los monólogos del Club de la Comedia hay un pasito nada más… piénsalo. Nos mola que exprimas tu genio!
Y nos alegramos de que todo haya ido bien y estéis en casa. Prueba superada! :)))
Uy Ame casi q me quedo escondida en el mundo virtual!! Jajaja
Por cierto, me encantan los globitos de sube y baja… no había reparado en ese dato, es genial!
q risa ana jjj.m ha encantado!muy FAN de la trimadre y las andanzas d la trifamily…esperando la siguiente entrega…escrita d 3 a 4 d la manana entre toma y toma :).muackk
Y además de verdad… Siempre hay q estar disponible cuando llega la inspiración 😉
Ya te sigo Anita! Soy tu fan número uno ….después de todo esto, tienes tiempo para escribir…… Te admiro. Las tres fieras ya son como de mi familia, algunas de las secuencias las hemos vivido «Los Gutis» en directo. Deseando leer el siguiente. Bss
Y las q nos quedan Marti!! Muchos besos